sábado, 1 de febrero de 2014

HENRY D. THOREAU Y LA PRENSA



Mostramos aquí la opinión de Henry D. Thoreau sobre la prensa de su época, sacada de su obra "La esclavitud en Massachusetts".

"...Entre las medidas a adoptar, yo sugeriría un serio y vigoroso ataque a la prensa, como se acaba de hacer con mucho éxito con la Iglesia. La Iglesia ha mejorado en pocos años pero la prensa, casi sin excepción, está corrompida. Yo creo que en este país la prensa ejerce una influencia mayor y más perniciosa que la Iglesia en su peor época. No somos un pueblo religioso, pero sí somos una nación de políticos. No nos preocupa la Biblia pero sí nos preocupan los periódicos. ¡En cualquier reunión de políticos —como aquella de Concord la otra noche, por ejemplo— cuan impertinente resultaría citar de la Biblia!, ¡qué apropiado citar de un periódico o de la Constitución! El periódico es la Biblia que leemos cada mañana y cada tarde, de pie y sentados, en coche o caminando. Es una Biblia que todo hombre lleva en el bolsillo, que está sobre todas las mesas y los mostradores, y que el correo y miles de agentes de publicidad están continuamente distribuyendo. Ése es, en definitiva, el único libro que ha publicado América y que América lee. Así de amplia es su influencia. El editor es un predicador al que mantenéis voluntariamente. Vuestra contribución es normalmente de un céntimo al día y alquilar un banco en su iglesia no cuesta nada. ¿Pero cuántos de estos predicadores predican la verdad? Me hago eco del testimonio de muchos extranjeros inteligentes y también de mis propias convicciones, cuando digo que probablemente ningún país se gobernó jamás por una clase tan mezquina de tiranos, con unas pocas excepciones, como los directores de la prensa periódica de este país. Y como viven y mandan sólo por servilismo, y apelando a la peor y no a la mejor naturaleza del hombre, la gente que los lee se iguala al perro que vuelve a su vómito.

El Liberator y el Commonwealth fueron, según mis noticias, los únicos periódicos de Boston que hicieron oír su condena de la cobardía y la vileza puestas de manifiesto por las autoridades de esa ciudad en 1851. Los otros periódicos, casi sin excepción, al referirse y hablar de la Ley de Esclavos Fugitivos y de la entrega del esclavo Sims, menospreciaron el sentido común del país. Y, por lo general, hicieron tal cosa porque de ese modo confiaban procurarse la aprobación de sus patronos, olvidando que un sentimiento mucho más sólido prevalecía en alguna medida en el corazón de la Commonwealth. Me han dicho que algunos han mejorado recientemente, pero todavía son eminentemente contemporizadores. Ésa es la reputación que han adquirido.

Pero, por suerte, este predicador es más vulnerable al ataque del reformista que el sacerdote cobarde. Los hombres libres de Nueva Inglaterra sólo tienen que abstenerse de comprar y leer estas hojas, sólo tienen que guardar sus céntimos para acabar rápidamente con una veintena de ellas. Una persona a la que aprecio me dijo que había comprado el Citizen de Mitchell en el tranvía y luego lo había tirado por la ventana. ¿Pero, no habría expresado su desprecio con más firmeza si no lo hubiera comprado?

¿Son americanos?, ¿son de Nueva Inglaterra?, ¿son habitantes de Lexington y Concord y Framingham los que leen y mantienen al Post, Mail, Journal, Advertiser, Courier y Times de Boston? ¿Son ésas las banderas de nuestra Unión? No soy lector habitual de periódicos y puede que haya omitido el nombre del peor.

¿Conlleva la esclavitud mayor servilismo del que exhiben algunos de estos periódicos? ¿Queda alguna basura que no hayan lamido ellos con su conducta ensuciándola aún más con su propia baba? No sé si existe todavía el Herald de Boston, pero recuerdo haberlo visto por las calles cuando Sims fue atrapado. ¿No representó bien su papel, no sirvió a su dueño con total fidelidad? ¿Cómo pudo doblegarse hasta ese extremo? ¿Cómo puede un hombre inclinarse hasta más abajo del suelo, poner sus extremidades a la altura de la cabeza, o convertir su cabeza en la extremidad inferior? Cuando cogí este papel con mis puños arremangados, oí el gluglú de la cloaca discurrir por cada columna. Sentí que tenía en las manos un papel sacado de la alcantarilla pública, una hoja del evangelio de la casa de juego, de la taberna y del burdel, armonizando con el evangelio de la Bolsa de los Comerciantes.
.."

¿Podemos encontrar algún paralelismo entre la prensa en los tiempos de Thoreau y la prensa actual? Creemos  evidente que sí. Salvo por un importante matiz. En los tiempos actuales no son los lectores los que deciden el futuro de un periódico; son las grandes corporaciones, los gobiernos y los partidos políticos los que mantienen a la prensa; es por eso por lo que los principales medios de comunicación repiten como mantras las recetas económicas neoliberales que condenan a los ciudadanos a la pobreza mientras aumentan los beneficios y las fortunas de los amos a los que tan denodadamente sirven.

viernes, 24 de enero de 2014

lunes, 30 de diciembre de 2013

SOLIDARIDAD NAVIDEÑA

Es habitual que por estas fechas surjan por doquier iniciativas supuestamente solidarias, como si la solidaridad fuese posible ejercerla a golpe de calendario. 

 Recogida de juguetes, bancos de alimentos, programas de televisión. La mayoría de estas campañas están patrocinadas por grandes firmas comerciales que realmente son las beneficiarias de tales iniciativas. Por un lado, reciben su dosis de publicidad y una pátina de responsabilidad social, y por otra son beneficiarios directos del esfuerzo solidario de los ciudadanos (a tantas toneladas de alimentos recogidos, tantas toneladas de alimentos que habrán vendido las cadenas de supermercados que patrocinan, por ejemplo, la campaña del kilo).

Por otro lado está la actitud del ciudadano de a pie. Tras colocar su kilo de alimentos en su caja correspondiente, se siente satisfecho, su corazón se engrandece, y con una sonrisa de satisfacción en la cara se adentra en la gran superficie de turno para comprarle a su retoño un balón para Reyes; un balón que habrán fabricado otros niños quizá menores que el suyo en talleres semiclandestinos de Bangladesh o la India. Pero qué más da; que no se quejen, que ya les ha enviado su kilo de garbanzos. Que sigan trabajando hasta el año que viene, si es que viven, y quizá, si el espíritu solidario vuelve a hacer mella en este ciudadano ejemplar, las próximas Navidades puedan comer lentejas.

¿Qué son realmente estas campañas solidarias? No son más que un mal uso del término "solidario". Bajo estas campañas poco hay de solidaridad; lo que se esconde es esa práctica tan propia de la cultura occidental, tan cristiana, de la caridad. Que el rico sustente al pobre, para que puedan seguir existiendo ricos y pobres.

 ¿Sirven para algo estas campañas solidarias? Bueno sí. Sirven para que los pobres no se nos mueran o se nos mueran solo un poquito. Sirven para que podamos mantener un modelo capitalista imposible de mantener de otra forma que no sea con la explotación del más débil. Sirven para que, a cambio de un kilo de garbanzos para los niños explotados y 30 euros para la marca que los explota, nuestros niños jueguen con el balón del Mundial.

Lo que el mundo realmente necesita es un cambio de paradigma. Romper la cultura capitalista e implantar un modelo de sociedad realmente solidario; un modelo orientado hacia las personas y no hacia las corporaciones. Un modelo sin riquezas para nadie pero bienestar para todos. Los recursos son finitos, así que la riqueza de uno supone la pobreza y miseria de muchos.

Y sí, ya sé que hay mucha gente trabajando muy duro en diversas ONG's tratando de sacar proyectos solidarios adelante. Sé que a menudo estas campañas sirven para aliviar necesidades perentorias. No es mi intención persuadir a los ciudadanos de que cesen en su ayuda a estas organizaciones; solo pretendo incitarlos a ir un poco más allá. Que pongan su kilo de garbanzos en la caja, que entren a comprar el balón para su hijo, pero que a la hora de elegirlo castigue a aquellas marcas que hacen de la explotación infantil su negocio y opte por un balón fabricado respetando los derechos de las personas y los trabajadores.

lunes, 9 de diciembre de 2013

COMENZAMOS

Iniciamos un nuevo blog destinado a analizar la actualidad política y social, ofrecer nuestro pensamiento e invitar a la reflexión.

El título del blog, 'La Utopía Anarquista', es indicativo de la ideología que nos inspira, aunque ni mucho menos debe ser considerado como un dogma para los autores del blog. Simplemente debe considerarse como una ensoñación, una situación ideal a alcanzar, sin que de ninguna manera nos alineemos con ninguno de los grandes pensadores que iluminaron el camino hacia dicha utopía.

Desde el profundo respeto que nos inspiran clásicos como Bakunin, Kropotkin, Malatesta, etc., creamos este blog no como ensaltación de sus figuras, sino como lugar de análisis y crítica de sus ideas desde la perspectiva del siglo XXI.

En cuanto a los temas de actualidad, nos centraremos principalmente en la situación de España, país desde donde escribimos el blog, sin renunciar a escribir sobre temas internacionales cuando sea menester.

Un saludo, y estáis todos invitados a participar con nosotros.